Presentación

Historia

La Facultad de Educación es la institución heredera de un centenario centro educativo dedicado a la formación del profesorado su denominación ha ido cambiando en el tiempo pasando de Escuela Normal Escuela de Formación de Profesorado de EGB y de Escuela de Magisterio.

La Escuela de Magisterio de Guadalajara fue creada por Real Orden de 9 de diciembre de 1841, dentro del plan de apertura de Centros Normalistas iniciado en 1838 por los gobiernos de España, e impulsada a nivel local por los gobiernos que presidía el liberal Patricio de la Escosura y por el Jefe Político de la provincia, Pedro Gómez de la Serna, siendo una de las primeras Escuela Normales que impartieron docencia en España. Comenzaron en ella las clases el curso 1842-43, ocupando el que había sido convento de San Juan de Dios, edificio donde permaneció hasta 1962.

En los años siguientes a su fundación, entre 1849 y 1856, la reducida población de Guadalajara solo pudo aportar a esta Escuela un reducido número de estudiantes, lo que unido al escaso interés que hacia este tipo de centros mostraron las autoridades locales y los Gobiernos de España, condujeron a la progresiva postergación y abandono de este centro educativo.

Únicamente entre 1856 y 1863 los estudios de Magisterio de Guadalajara recibieron de nuevo un impulso, creándose en 1857 una Escuela Normal para Maestras, y transformándose la Escuela Normal masculina en Centro Superior. En estos años se reformó el edificio, se adquirió nuevo mobiliario e instrumental didáctico, se incorporó nuevo profesorado y se hicieron innovaciones en las enseñanzas prácticas. Pero aquejada de los mismos problemas que en décadas anteriores, hacia 1870 la Escuela Normal de Guadalajara entró de nuevo en un periodo de declive; se recortaron una y otra vez sus presupuestos, se propiciaron simplificaciones curriculares y se dejaron de convocar oposiciones para el profesorado. La matrícula bajó hasta el punto de amenazar en varias ocasiones la supervivencia de estas Escuelas, sufriendo los centros y el profesorado dedicado a la formación de maestros una importante pérdida de consideración social. Este declive se acentúo en 1889, cuando dejó de ser un centro superior y pasó a ser Escuela elemental, y culminó con su desaparición como centro independiente en 1901, al pasar los estudios de Magisterio masculino a formar parte del Instituto General y Técnico.

Entre 1901 a 1914 la formación de maestros fue asumida por el Instituto de Guadalajara lo que supuso un incremento en los planes de estudio de los contenidos culturalistas. Esta integración en el Instituto no afectó a los estudios de Magisterio femenino que siguieron impartiéndose desde laEscuela Normal, centro que en este periodo conoció significativas mejoras, como la incorporación de nuevo profesorado, la creación de laboratorios y de una biblioteca propia y, sobre todo, por su paso en 1905 a la consideración de Centro Superior.

En 1914 la Escuela Normal de Maestros volvió a ser un centro independiente del Instituto General y Técnico e inició la que seria una de las mejores etapas de su historia. Se constituyó su claustro con un significativo número de nuevos y jóvenes profesores procedentes de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, los cuales desarrollaron durante los años veinte y treinta una importante labor pedagógica. En 1931, con la llegada de la Republica, se implantó un nuevo plan de estudios que vino a sustituir al vigente desde 1914, plan que pese a su enfoque muy culturalista había permitido abrir la enseñanza hacia las nuevas corrientes educativas. El nuevo plan profesionalizó al máximo los estudios de magisterio, posibilitó que se fusionaran los centros masculino y femenino y potenció al máximo la enseñanza de las metodologías.

Durante la Guerra Civil la escuela fue perdiendo gran parte de sus estudiantes y profesores hasta cerrar el curso 1938-39. Las enseñanzas se reanudaron en octubre de 1939 con un profesorado en gran parte nuevo y siguiendo un plan de enseñanza continuador del viejo plan de 1914. Durante más de dos décadas los estudios de magisterio fueron enseñanzas culturalistas paralelas a las del Bachillerato, complementadas con algunas materias de base pedagógica, y estudios masculinos y femeninos separados. El centro continuó instalado en el ruinoso edificio de San Juan de Dios a todas luces insuficiente para unas enseñanzas que cada día eran más demandadas. Esta situación comenzó a cambiar durante los años sesenta, primero con el traslado del centro en 1962 al nuevo edificio de la Plaza de los Caídos y sobre todo a con la implantación en 1967 de un nuevo plan de estudios mas profesionalizado al que se accedía con el bachiller superior y del que se salía directamente capacitado para el ejercicio profesional.

La implantación de la Ley General de Educación dio lugar a la formulación en 1971 de un nuevo Plan de estudios, calificado de provisional y que ha sido uno de los que ha estado vigente durante más años. Este plan de estudios dio al Magisterio el rango universitario de Diplomatura con el que lo hemos conocido durante mas de medio siglo, trajo las especialidades y sobre todo propició la llegada de un gran número de nuevos profesores que concebían a esta carrera como unos estudios universitarios más y que deseaban compaginar los contenidos pedagógicos, culturalistas y metodológicos.